11 abril 2008

El aplacamiento del combate entre la oralidad y la escritura

Evelyn Hugo
Pensar que la vida del ser humano se mueve entre dos polos es algo común y constante en la historia del hombre. Frente a esta existencia polar, se acostumbra atribuir superioridad a uno de esos extremos. Múltiples son los ejemplos de esto: masculino superior a lo femenino, femenino por sobre lo masculino, bien sobre el mal, ciencias humanas inferiores que las ciencias exactas… y también hay casos en los cuales realidades que no son diametralmente opuestas, pero que comparten ciertas características en común, se someten a la relación superioridad-inferioridad. Por ejemplo Hockett (1962) señala que el estudio comparativo de la comunicación animal y humana se relaciona con el problema del puesto del hombre en la naturaleza. El resultado del estudio que hizo este autor se pude resumir en la idea de que el ser humano es el ser vivo más evolucionado. Se llega a esto luego de decir que es el único que posee las quince propiedades generales del lenguaje. En suma y relacionándolo con la idea primera, el hombre se sitúa como superior al animal.


Es muy difícil encontrar una relación de opuestos o de realidades símiles, en que no se intente ubicar una por encima de la otra. En este sentido el habla, como realización de la lengua, no es la excepción. Calsamiglia y Tusón (2002) señalan que:
Ese complejo sistema de comunicación y de representación del mundo que es el lenguaje humano se materializa a través de dos medios─ el medio oral y el medio escrito─ que dan lugar a dos modalidades de realización: la oralidad y la escritura. (p.27)
Blanche-Benveniste (1998) dice al respecto que la descripción lingüística de oralidad y escritura apoyada en la oposición entre oral y escrito, implica la desvalorización de uno u otro de los polos. Entonces propone entender lo oral y lo escrito no como polos enfrentados sino como variaciones de las formas en que está dividido el discurso. Al comienzo del este escrito, se señala que incluso en realidades que no son diametralmente opuestas, pero que comparten rasgos comunes, se tiende a conferir superioridad a una de las realidades. Esto es lo que ocurre en el caso de lo escrito y lo oral. Pues bien, el tema de este ensayo es la relación entre estas dos modalidades: la lucha a la que se ven enfrentadas, porqué ocurre esto, el aplacamiento del combate y finalmente su eventual fusión.

Como se dijo anteriormente durante mucho tiempo se ha visto a las modalidades del habla como polos enfrentados. Hay miles de casos para demostrar lo anterior, pero por efectos prácticos, en este ensayo se darán solo algunos ejemplos.
Desbordes (1996, citado en Blanche-Benveniste, 1998) señala que “El reemplazo de la improvisación oral, a mediados del siglo V, por una recitación de textos escritos, parece haber suscitado sorpresa y desconfianza de un público aún ampliamente oral” (p.29).

Del mismo modo Calsamiglia y Tusón (2002) dicen que los movimientos de los ojos, diferentes expresiones faciales, las vocalizaciones, y otros movimientos corporales forman parte importante de la comunicación. Con respecto a esto Blanche-Benveniste (1998) señala que se piensa en el signo de exclamación, la coma, la mayúscula o las comillas como equivalentes aproximativos de los tipos de fenómenos descritos anteriormente. Pero, que se sabe que esas equivalencias son demasiado escasas para poder reflejar la diversidad de efectos de la oralidad.

Por otra parte Gibón (1984, citado en Olson, 1998) señaló que ningún pueblo ha preservado fieles anales de su historia, ni ha hecho progreso en las ciencias abstractas sin algún tipo de escritura. En la misma línea Blanche-Benveniste (1998) explica que no se puede estudiar “lo oral” por oral, confiando en la memoria. Sin el auxilio de la representación visual, no se puede recorrer lo oral en todos los sentidos.

Olson (1998) es quizás, quien lleva a la escritura y la oralidad al punto máximo de enfrentamiento. En su intento por la desmitologización de la cultura escrita, sitúa a estas dos modalidades en polos opuestos en pugna. Algunas de sus ideas pueden resumirse en lo siguiente:
La escritura no siempre ni en todo lugar conduce a la democracia, la ciencia y la lógica; algunas culturas no alfabéticas poseen ciencias y filosofías abstractas; la evolución de la cultura griega clásica se produjo a partir de formas especiales de debate político, y no del examen minucioso de documentos escritos; diferentes comunidades de lectores pueden pensar los mismos documentos escritos de maneras muy diferentes [lo que intenta rebatir la idea que la escritura es un instrumento de precisión] entre otros elementos (p.35)

Olson (1998) Señala también que: “(…) la escritura se consideró tanto inferior como superior al habla.” (p.37) De esto se puede inferir que lo que él intentó hacer con la desmitologización fue nivelar a lo oralidad y la escritura, dando argumentos para acabar con la sobre valoración que gozaba esta última. Enfrentó a los polos, pero ya no para que uno primara. Es en este punto donde se produce el aplacamiento del combate.

Al inicio de este ensayo se menciona a la idea de concebir el mundo en polos opuestos como algo común. Esta misma característica se pude atribuir a la idea de complementariedad, tan desarrollada por la filosofía china: Todo en la Tierra es yin o yang, son los opuestos que se complementan, así hay noche y día, obscuro y claro, negativo y positivo, femenino y masculino, frío y calor, pasivo y activo, etc. Sin uno no podría existir el otro. Son dos fuerzas que se complementan y le dan equilibrio y armonía al universo. Al decir que dos realidades se complementan, se está reconociendo su polaridad, el aplacamiento y al mismo tiempo algún tipo de fusión de sus características. En relación con esto último Briz (1998) señala que:
‹‹O se habla o se escribe.›› Así es, pero el hecho de reconocer una serie de diferencias polares entre una transmisión oral y una transmisión escrita, entre producir un mensaje fónica o gráficamente, respecto de su planificación, al tiempo de ejecución de éste, a la presencia o ausencia de contexto inmediato, etc., no impide reconocer la existencia de lo oral en o escrito y de lo escrito en lo oral. (p.19) Acerca de esto Benveniste (1998) dice: “Por una parte, hay muchos escritos elaborados y pocos orales que lo sean; por la otra, hay muchos orales espontáneos y pocos escritos que lo sean” (p.34)

Se pueden encontrar múltiples casos para afirmar lo anterior, en cuanto a lo oral elaborado Calsamiglia y Tusón (2002) señalan como ejemplo a un discurso inaugural, un sermón, una conferencia, agregando que éstos requieren de un alto grado de preparación y que incluso muchas veces, requieren el apoyo de la escritura. Otro ejemplo que dice relación, de cierta manera, con la fusión de los polos o modalidades se encuentra en Briz (1998) quien afirma que actualmente textos periodísticos y literarios imitan en algún aspecto el registro coloquial con el fin de enriquecer el mensaje, la narración y los diálogos.

Otro aspecto, importante de profundizar es lo que dice Blanche-Benveniste (1998) ella detectó que los intercambios a través de correo electrónico estaban desarrollando cantidad de escritos espontáneos considerables. Se puede agregar que no sólo el correo electrónico, sino también el Chat desarrollan escritos espontáneos, y que incluso toma elementos de ambas modalidades y los pone en práctica. Esto apoyado por Moyans (2005):
Consideramos que las características externas e internas del género ‘Chat’ nos empujan a considerarlo un género en sí mismo, que podemos analizar a la luz de los registros oral y escrito, pero que sólo podremos comprender si lo utilizamos durante un tiempo determinado. Insistimos: el género ‘Chat’, si se nos permite llamarlo así, no es un derivado de los anteriores. Por supuesto, toma de ellos casi todo, puesto que son estos el universo comunicacional que conocemos (oralidad/escritura/textualidad, 4)
Para aclarar más esto, se presenta una conversación del género Chat, extraída de Sejas (2005):


arnaldo dice:Ahora si, hola y disculpa la tardanza, es esta mierda de trabajo.
Señor X dice: jeje ok. 
arnaldo dice: Me quieren echar de la pagina. Los de Sustantivo.
Señor X dice: O.o. y esa vaina?


En esta conversación la poca elaboración, la simultaneidad, la impresición, y la expresividad─ a través de los emoticons: formas de expresar las emociones y estados de ánimo del usuario a través de un medio escrito como el correo electrónico, IRC (Internet Relay Chat)─están presentes en─y con─la escritura.

Llegado a este punto, ya es posible establecer una conclusión. La escritura y la oralidad, ya sea como polos enfrentados o como distintas modalidades, han sido expuestas a una lucha por la superioridad. Evidentemente que esta lucha no podía ser eterna, considerando sobre todo que ninguna ganaba, ni ganará la batalla. Por lo cual se opta por nivelarlas en cuanto a importancia. Es ahí donde se puede observar el aplacamiento del combate. Además es importante considerar que hay muchos rasgos de lo oral en lo escrito y de lo escrito en lo oral, produciéndose una cierta fusión, por lo cual se habla de la existencia de géneros híbridos.



Referencias
Blanche-Benveniste, C (1998) Introducción y lo hablado y lo escrito, Estudios lingüísticos sobre la relación entre oralidad y escritura, (pp. 9-64) Barcelona: Gedisa.

Briz, A. (1998) Cuestiones previas: Lo oral y lo escrito. Los registros y los tipos de discurso, El español coloquial en la conversación, (pp. 19-33). Barcelona: Ariel.

Calsamiglia, H. & Tusón A. (2002) El discurso oral, Las cosas del decir, (pp. 27-70). Barcelona: Ariel.

Gibbon, E. (1984) Historia de la decadencia y ruina del imperio Romano. Madrid: Turner.

Hockett, C. (1962) El puesto del hombre en la naturaleza, Curso de lingüística moderna, (pp. 547-576). Buenos Aires: Eudeba.

Mayans, J. (2005) Oralidad/escritura/textualidad, Género confuso: género Chat. Extraído el 29 de julio, 2005 de ttp://www.wikilearning.com/genero_confuso_genero_chat-wkc-3260.htm

Olson, D. (1998) Desmitologización de la cultura escrita, El mundo sobre el papel, (pp. 21-39). Barcelona: Gedisa.

Robin, L. (1962) Heráclito de Efeso, El pensamiento griego y los orígenes del espíritu científico, (p.71). México: Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana

Sejas, A. (2005) Sólo una tranquila conversación de Chat. Extraído el 2 de febrero, 2005 de http://www.rie.cl/?a=4911

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