20 diciembre 2007

Literatura mapuche: forma de conocer la cosmovisión de la gente de la tierra



Evelyn Hugo Rojas

Folil aliwen taiñ namun
Mvpv vñvm rupalelu niey taiñ Piwke
Raíces de árboles son nuestros pies
Alas de ave de paso tienen nuestro corazón
(Papal Marivl)


Yolando Pino, en el prefacio de su libro: Cuentos mapuches de Chile, publicado en 1987 dice:
“En 1981 se cumplieron cien años de la pacificación de la Araucanía, que consolidó definitivamente la incorporación de los mapuches o araucanos a la nación chilena. Para conmemorar este hecho histórico creí oportuno poner de relieve aspectos de la cultura de nuestros aborígenes y que nada más apropiado era presentar un conjunto de cuentos mapuches recogidos en diversas épocas y diferentes lugares.” (9)
Se sabe que la“incorporación” de la que habla Pino, no ha sido tal. Por ejemplo Elicura Chihuailaf, nacido en Quechurewe en 1952, cuenta en su libro: Recado confidencial a los chilenos, que en un coloquio con estudiantes liceanos, en el cual hablaba sobre el país Mapuche de antaño, un estudiante le hizo la siguiente pregunta: “¿Pero por qué insiste tanto usted en hablar de los chilenos y de los mapuches? ¿Acaso usted no es chileno o no se siente chileno? (12) Chihuailaf le respondió: “¿Qué sucedería si otro Estado entrara a ocupar este lugar y les entregara documentos con una nueva nacionalidad, iniciando la tarea de arreduccionarlos, de imponerles su idioma, de mitificarles como forma de ocultamiento (…)? (12) Este pequeño diálogo, muestra algunos aspectos de lo que sucede hoy con los Mapuches en nuestro país. Por una parte, ellos no se sienten chilenos y por otra, el pueblo de Chile los excluye. Como dice Yosuke Kuramochi: “en general, se ha sido muy injusto con esta etnia, cuya presencia y derechos, ha costado que sean reconocidos por toda la comunidad y el país. (1)




En Chile, “Actualmente, el 76% de les mapuches vive en la ciudad. El Éxodo a la ciudad es irreversible, porque los campos cada vez se subdividen más y no alcanzan para sostener a las nuevas familias” (cazuela, no puré 1) Y sin embargo, el conocimiento de la cultura mapuche por parte de la gente que no lo es, es muy escaso. Debido a esta situación, cuestiones como: “¿Cuánto conoce usted de nosotros? ¿Cuánto reconoce en usted de nosotros? ¿Cuánto sabe usted de sus orígenes, las causas de los conflictos de nuestro Pueblo frente el Estado nacional? (Chihuailaf 10) deberían ser motivo de reflexión para toda la gente no mapuche que habita el territorio chileno. Y convendría que esto no quedara sólo en una reflexión, se debería hacer algo para que la respuesta a esas interrogantes no fuera: poco.

Yolando Pino, quien a través del libro que se mencionó al principio, hizo un esfuerzo para que se conozca más acerca de la gente de la tierra. Él ha intentando mostrar características de los mapuches y presentar su cosmovisión a través de la recolección de relatos orales tradicionales de esta cultura. Lo mismo ha hecho Mayo Calvo: “La decisión de publicar estas páginas obedece al deseo de hacer perdurar el conocimiento de leyendas, creencias y costumbres mapuches que por largo tiempo he venido recogiendo en las fuentes mismas de viejos exponentes de la raza aborigen Chilena”. (15)

La literatura mapuche, hoy permite que se conozca más acerca de esta cultura que está lejos de extinguirse. Por esta razón se considera importante tratar el tema de la literatura mapuche, en cuanto a su desarrollo y características.

Yolando Pino dice que las únicas fuentes de que se disponían hasta 1985 para conocer la vida de los araucanos eran las crónicas y los poemas épicos de la Colonia. Y dice también que los escritores y poetas españoles y criollos no pusieron mucha atención en la literatura oral de este pueblo. (11) Esta afirmación queda demostrada por los estudios de Zapater, quien analiza las crónicas españolas y de los viajeros, que hacen referencia a los aborígenes chilenos. Este estudio arroja como resultado por ejemplo que las crónicas del siglo XVI y XVII no registran vocablos con referencias al Ser supremo u otras divinidades (80) Hoy se sabe que esta literatura entrega información muy relevante acerca de este tema, por lo cual se concluye que no se dio suficiente atención a la literatura mapuche, tal como plantea Pino. Él piensa que esto se debe a que los cronistas se desentendieron de las narraciones porque su contenido contrariaba a sus propios sentimientos e ideas o simplemente porque no pudieron penetrar en el fondo más íntimo del mundo mítico y mágico de los aborígenes. (13)

El primer rescate o recopilación de cuentos y leyendas mapuches se remonta a 1895 con los Estudios Araucanos de Rodolfo Lenz, luego continuó con autores tan representativos como Eulogio Robles Rodríguez, Félix de Augusta, Tomás Guevara y Ernesto Moesbach (Kuramochi 11) A esta lista, deben agregarse Mayo Calvo, Yolando Pino, Adalberto Salas y el mismo Yosuke Kuramochi. Gracias a estos estudios y recopilaciones, hoy se conocen características importantes de la literatura mapuche. Por ejemplo que la identidad de cada cuento viene dada por su argumento, el cual puede actualizarse en variantes personales y ocasionales acusadamente diferentes. (Salas 212) También se sabe que los araucanos se apropiaban de los cuentos maravillosos, humorísticos y de animales que escuchaban de los españoles, sin dejar de introducir en ellos elementos característicos de sus creencias y costumbres (Pino 16)

En la cultura mapuche, “el dominio de la palabra era tan apreciado entre los indios, que los oradores ocupaban un sitial superior al de los poetas. Para conseguir este dominio los araucanos eran sometidos desde niños a ejercicios de lenguaje”. (Pino 12) Esto además de proporcionar un dato sobre la literatura mapuche, reafirma lo que dijo Pino acerca de la poca atención que pusieron los cronistas a la literatura mapuche.

Salas dice que en las formas discursivas de los textos originales, el sujeto de la enunciación actualiza la voz narrativa siempre en presente y ni él ni sus destinatarios se cuestionan sobre la veracidad de lo contado (13) De esta manera es común encontrar en las narraciones el vocablo “dicen”.

Así, es importante dar a conocer las recopilaciones hechas por estos autores, para poder conocer más acerca de este pueblo, que forma parte del territorio y la histioria de chile. Una recopilaciòn interesante se encuentra en: www.serindigena.org.

Se considera adecuada la opinión de Kuramochi, acerca de la democracia chilena, en relación con los mapuches y otras etnias “se debe sentar a los mapuches y otras etnias como los.aymaras y pascuenses en las mesas de negociación e incorporarlos al sistema democrático.”
Como dice Luis Manuel Rodríguez: “El error de los chilenos consiste en que hemos mirado al mapuche como un inmigrante, pero no lo es. Tienen identidad y aspectos positivos que deben ser integrados con un espíritu pluralista, respetando las diferencias para formar una amalgama perfecta (…) Tenemos que hacer de Chile una cazuela, no un puré hornogeneizante" (1)




Bibliografía
Calvo, Mayo “Introducción”, Secretos y tradiciones mapuches, Santiago de Chile: Andrés Bello, 1968. 15-17.

“Cazuela, no puré.” El Mercurio (Santiago). 24 sept. 1997: 13.

Chihuailaf, Elicura “Durantes los dos meses”, Recado Confidencial a los chilenos. Santiago de Chile: Lom, 1999. 9-14.

Kuramochi, Yosuke “Nota introductoria” Me contó la gente de la tierra. Santiago de Chile: Ediciones Universidad católica de Chile, 1992. 13-15

Pino, Yolando. “Introducción” Cuentos mapuches de Chile, Santiago de Chile: Universitaria, 1987. 11-22.

Pino, Yolando. “Prefacio” Cuentos mapuches de Chile, Santiago de Chile: Universitaria, 1987. 9-10.

Salas, Adalberto, “El género narrativo” El mapuche o araucano. Madrid: Mapfre, 1992. 211-216.

“Se ha sido injusto con los mapuches." Atacama. 26 nov. 1994: 9.

Zapater, Horacio “cultivadores del centro sur, los pueblos araucanos” Los aborígenes chilenos a través de cronistas y viajeros. Santiago de Chile: Andrés Bello, 1978 (2°ed.) 43-100.



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